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Escuela de Bellas Artes Española en Roma, los orígenes

Varias de las pinturas del siglo XIX más importantes de la época fueron creadas por artistas de la Academia Española en Roma fundada en el año 1873. Pero ¿cuáles son los orígenes de la creación de esta institución? ¿Qué ocurría en Europa? Os lo contamos.

Antecedentes de la Escuela de Bellas Artes Española en Roma

Al finalizar la Edad Media en el siglo XV, Roma se convirtió en la cuna del arte en Europa y muchos pintores de diferentes países peregrinaban hacia la capital de Italia para mejorar su formación.

A finales del siglo XVII, España intentó crear, sin éxito, la Escuela de Bellas Artes en Italia, con el rey Carlos II encabezando este propósito. Pretendían seguir el mismo camino que otros países como Francia que habían creado las escuelas como apoyo a sus artistas.

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ayudó a varios artistas de la época a viajar hasta Roma, eran los denominados ‘pensionados’ y disfrutaban de una ayuda económica para poder emprender el viaje. Otros, como Goya, no tuvieron esta suerte y pagaron el viaje con su propio dinero. Tanto los pensionados como los que no, realizaban un cuaderno de dibujo donde tomaban apuntes y realizaban anotaciones de sus viajes. Estos cuadernos en Italia los llaman ‘taccuino’.

Fue ya en 1873 cuando se fundó oficialmente la escuela y todavía está vigente en la actualidad.

Creación de la Escuela de Bellas Artes Española en Roma

A finales del siglo XIX Emilio Castelar, presidente de la I República Española, se responsabilizó de la tarea y redactó el primer decreto donde se le daba especial importancia al sustento económico de la escuela.

En un principio, la academia estaba formada por un director y doce pensionados, de los cuales 8 eran elegidos a través de oposiciones y los otros 4 por merecimientos conseguidos durante su carrera. Eran artistas ya conocidos por su trabajo.

Estas pensiones o subvenciones tenían una duración de 3 años y los artistas solo estaban obligados a vivir en la capital de Italia durante los primeros doce meses. Después podían, informando antes al director, viajar por otros países de Europa con importantes obras para completar su formación.

Cada año se concretaba el número de trabajos que el artista debía realizar y durante los dos primeros años, todas las obras realizadas por los alumnos pertenecían al Estado. Ya en el último año, el autor era dueño de su obra, pero el Estado se guardaba un derecho de tanteo para poder comprar antes que los demás.

¡Estad atentos a los próximos artículos! Nombraremos algunos de los pintores del siglo XIX más influyentes y su vinculación con la Escuela de Bellas Artes Española en Roma.